sábado, 4 de junio de 2016

La última frase de Abadesa Ravennina


Por Ricardo José Vega.


Había una vez , en una región rural de Lombardía, una abadía de monjas ursulinas , que ademas de un trabajo de cuidado de niños descapacitados huérfanos , mantenía con su trabajo una verdadera producción granjera, que incluía dulces caseros , leche, quesos , hierbas aromaticas , licores, miel y diversos productos regionales como setas y hasta trufas y azafran.
Pasaba la congregación por un momento triste y delicado, pues su Abadesa , la madre Ravennina delle Arcángeli, ya de edad avanzada y enferma de una crónca insuficiencia cardíaca, vivía sus horas finales , descansando en su lecho, mientras sus fieles y amorosas discípulas, la asistían con rezos y letanías .
De tiempo en tiempo le acercaban a la boca una taza de leche cremosa , a la que daba dos pequeños tragos y se apartaba en seguida, hacia la almohada.
Una novicia encargada de la cocina veía con desesperacion el declinio de la Madre a traves de la disminucion de su alimentacion...ya no queria sopa, ni arroz ni puré .
Preparó otro taza de leche cremosa con miel y en un impulso inexplicable , tomó la botella de Grappa , que usaban para servir al obispo en sus raras visitas, y escanció dentro de la leche una dosis .

Minutos mas tarde llevó la taza tibia hasta la mesa de luz de la enferma y la segunda abadesa , intentó dar unos sorbos a la Madre Ravennina ...bebió esta tres sorbos con alguna fruición y continuó acompañando las oraciones de sus acólitas.
Volvieron a alimentarla nuevamente , y esta vez bebio 5 o 6 largos tragos cremosos terminando el contenido...cayó entonces en un sereno letargo, que fue aprovechado por la segunda en jerarquía, la Madre Marianella della Santa Crocce, para decirle  muy suavemente :

Madre Ravennina ... usted tendrá dentro de poco , el privilegio de estar ante Jesús ...
Sabemos que desde allí nos cuidará y ayudará en lo posible a nosotras y a los niños ....Nosotras le dedicaremos un rincón en la galería principal de la capilla donde colocaremos su foto , mientras un escultor haga su busto que mandaremos bendecir por el Obispo y colocaremos para Veneración...
Quiero ahora  pedirle,  que nos deje una frase , un pensamiento o una recomendación piadosa, para inscribirla en su lápida como recuerdo inmortal de su sabiduría y devoción...

La Madre Ravennina entonces enderezó el torso y con  evidente esfuerzo sentó en la cama ... miró a las monjas en los ojos, una por una , y con un acento algo extraño y titubeante,  les dijo, levantando el dedo índice de la mano derecha :

" NUNCA... NUNCA VENDAN ESA VACA "

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