sábado, 2 de abril de 2016

Seis de la mañana


Por Rafael Blasco Lopez.


-“¿Quién me va a entregar sus emociones...?”
 El hachazo se hundió en el pecho provocando la última exhalación de la víctima. Tal ametralladora impasible, miles de salpicaduras sangrientas motearon el rostro y la ropa del criminal.
-“¿Quién te a pedir que nunca me abandones…?”
 El segundo tajo partió como un melón el cráneo, derribando el cuerpo. Una lenta marea imponía su espeso rojo mortal sobre el gres.
 Jadeante, con los ojos desorbitados, el asesino se dirigió al cadáver con mirada angelical.
-¡Te lo dije! ¡¡No pongas el despertador tan alto y cambia de canción!

2 comentarios:

  1. Este comentario ha sido eliminado por el autor.

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  2. Muy triste pero muy bien escrito, no podía ser de otra manera pues el talento del autor está sobradamente demostrado.
    La elección de la canción y su autor totalmente acertada ( se corresponde con la realidad, pués éste al igual que Antonio Banderas más fascista no puede ser) así que no suene el despertador con esta melodía, que no suene el despertador para estas barbaries nunca más.
    Enhorabuena,!!!

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