martes, 7 de octubre de 2014

Puerta a la verdad

Por Daniel Pérez Rivas.

España
13-03-1996
-¿Estás segura de lo que haces?
-Nunca lo había estado tanto, creo que es la única manera para salir de aquí, aun que tengamos que esperar 18 años.

Hoy ha amanecido sin brillos solares, los pájaros no cantaron, sólo se podía llegar a oir el silencio de las calles.

Al poco tiempo se escuchó el grito de una mujer, estaba en parto en un hospital, tras las horas de parto, un nuevo llanto se escuchó rebotando su eco en los pasillos largos y vacíos.

La madre sonriendo dijo, Darío, le llamaremos Darío. Dijo el nombre con su último respiro, feliz de haber podido dar vida a su hijo antes de su muerte. Los médicos avisaron que esto iba a pasar y aceptaron perder una vida y no dos.

15-09-2002
Darío cumplió sus 6 añitos en Marzo y ahora le toca pasar por un gran bache, la primaria, su padre le compró todo el material; Libretas, libros, bolis, lápices, goma, maquineta etc...
Su padre tiene 52 años, es calvo, con trabajo fijo de carpintero, media jornada diaria de lunes a jueves, de 15:00 a 20:00.

Són las 9:00, Darío llega puntual a su primera clase, a lo que su tutor le pregunta.
-He visto que venías sólo por la calle. ¿Cómo es que vienes sólo al colegio Darío, no ha venido tu madre a acompañarte?
Darío sin pensar respondió:
-Mi padre dijo que mi madre encontró a alguien que le hacía muy feliz en Colombia y tuvo que marchar.
Los niños comenzaron a reirse, gritando que su madre no quiere a su padre, que morirá sólo y tú acabarás sólo.

Darío se va llorando de clase a su casa corriendo pensando en no volver nunca más.
A la que llega a casa le cuenta a su padre lo que pasó y se vio obligado a cambiarle de colegio y a decirle la verdad sobre su madre.
-Hijo, mamá pasó a una mejor vida cuando tú naciste, es como si ella hubiese dado la vida por ti y haya transportado su alma en tu corazón para guiar tus pasos.
Darío entendía lo que le decía su padre, pero no quería creerle, todo el mundo tiene una madre menos él.

27-10-2008
Darío cumplió los 12 años y le espera un lugar más difícil que primaria, el instituto.
Aprobó todas las asignaturas, pero no hizo ningún amigo en todos estos años, así que se sentía siempre sólo, su padre esta cansado del trabajo, de hacer las cosas de casa, de estar pendiente de su hijo etc...

Pero algo raro comenzaba a suceder, Darío tenía el mismo sueño cada día;
Una sala oscura bajo un silencio espeluznante, algo le empujaba tan fuerte que daba saltos en la cama por los sustos, hasta que le empujan tan fuerte que se despierta del sueño con dolor de cabeza y nervios.

Hoy es un día diferente, Darío tiene que ir al psicólogo para contar a alguien lo que soñaba a diario.
Al llegar al psicólogo, una fuerza le echa hacia atrás impidiéndo entrar al edificio, a lo que se ve obligado volver a casa y esperar a que anochezca para averiguar más sobre su sueño repetitivo.
La noche se acerca, las ganas de ir a dormir aumentan en cuestión de minutos, Darío a diario tiene más sueño que los anteriores días, es como una llamada desde los sueños, algo que necesita su ayuda urgentemente.
Se cerraron los ojos, la pesadilla está llamando a tus párpados para que los abras y veas la realidad ante tus ojos, de nuevo la sala es consumida por la oscuridad, seres invisibles empujan a Darío de un lado para otro sin parar, cada vez más fuertes para lograr el objetivo que estos desean.
Las puertas de la casa golpeaban con fuerza, se abrían y cerraban rapidamente, excepto la de la habitación de Darío, ésta estaba cerrada a cal y canto.
Los sueños son cada noche más difíciles de entender, el miedo se apoderaba de su alma poco a poco.

El instituto tampoco es de gran ayuda, sus pocos amigos de primaria se fueron a otros institutos a estudiar y tuvo que conformarse con gente nueva y empezar de cero su vida social.

17-06-2012
Darío no aprobó el instituto, así que al día de hoy busca cursos de trabajo para formarse y así tener títulos y experiéncia en su currículum para poder trabajar y ganarse la vida en un futuro.
Pero la noche aún le tiene dominado, sus sueños se han abierto a más información, y aun que el miedo le tenga poseido, tiene que hacer lo posible para descubrir lo que está pasando en su cabeza.

Cae la noche y los pelos se le pusieron de punta cual gato mete sus pezuñas en un enchufe. Esta noche será diferente a las demás se dice a si mismo repetidamente.
Al posar su cabeza en la almohada, sus párpados cerraron la vida que vive para abrirlos en una vida oscura, esos seres comenzaron a empujarle, extiende sus brazos para analizar la sala, así pues lo único que piensa es que está en su habitación y va directo a la puerta, Darío abre su mano hacia el mango de la puerta mientras la cierra para poder agarrarlo y así abrir la puerta, una luz potente sale de las esquinas de la puerta, abre la puerta de par en par hasta ver un hermoso paisaje, el sol brilla por doquier, pájaros cantan y vuelan sin parar, el gruñido de un ser extraño llama la atención de Darío, cierra la puerta y va corriendo alegremente por la pradera verde, feliz de ver un lugar completamente colorido y sin suciedad. Tras seguir los gruñidos de ese ser, se topa con un señor vestido con ropas antiguas, con barbas y gorro de mago, con un bastón más grande que él.
-Al fin has venido, has crecido mucho en estos dieciseis años sin verte, sé lo que te está pasando, tienes miedo, odias tu vida, yo puedo entregarte la felicidad, aquí mismo tienes y tendrás de todo, una vida de un color, una vida verde esperanza, no pretendía asustarte con los empujones, pero sólo yo puedo entrar en tus sueños y guiarte en tu camino. Renuncia tu vida y ven conmigo, te mostraré algo mucho mejor que el mundo de allí fuera esta pradera verde no es más que un diminuto ejemplo de todo lo que te espera, tan solo tienes que decir adiós a tu vida diaria y venir a una mejor vida. ¿Qué me dices?

Darío se siente sorprendido tras saber que existe una vida dentro de sus sueños, en cuestión de segundos sus párpados caen en otro sueño, al despertar ve que está en su habitación de nuevo, otro día aburrido le espera, más largo al saber lo que pasa en su sueño.
Pasaron los meses y Darío no dejaba de soñar en ese mundo, cada día tenía más ganas de irse a dormir antes para poder ver las montañas, el cielo azul, los ríos largos, un mundo lleno de seres, pero hoy en día, aún sigue pensando en el gruñido del ser extraño.

15-04-2014
Darío es mayor de edad, tiene dieciocho años cumplidos desde hace un mes, sigue sin trabajo, sin cursos, sin experiéncia y sólo vive de sus sueños.
Su padre no está nada contento con su hijo, no hace nada en casa, no ayuda, no sale de casa a buscar trabajo, no tiene amigos y se pega todo el día delante del ordenador buscando información sobre los sueños.

Ya es de noche, Darío la espera con ansias desde la mañana, los nervios hacen que le cueste más cerrar los ojos, sólo piensa en volver a visitar ese lugar tan interesante y encontrar el ser extraño. A los pocos minutos cae en su sueño, va hacia la puerta y la abre con ilusión, esa luz tan potente que le hace brillar sus pupilas, el reflejo del sol en los ríos y el sonido de los pájaros, tranquilizan a Darío en cuestión de segundos, el gruñido vuelve a oírse, esta vez más cerca. Va de un lado a otro en busca de ese ser, por un momento se deja de oír y Darío se queda quieto, se agacha por si acaso, al darse la vuelta ve un cuerpo gordo y grande con alas inmensas, todo de color gris, un cuello súper largo y una cabeza de serpiente con unos ojos del color del infierno, Darío comienza a correr hacia la puerta, el ser le sigue volando, entra en su habitación y se mete corriendo en la cama, se tapa con la sábana hasta arriba e intenta cerrar los ojos para volver a la realidad.
Cuando despierta, ve la cabeza de ese ser flotando sobre su cama, señalando a la puerta moviendo la cabeza, su padre entra en la habitación y le pregunta a Darío lo que pasa.
La cabeza del ser va desapareciendo poco a poco hasta que no se deja ver por nadie, Darío mira a su padre y le cuenta lo ocurrido en su sueño.
Su padre le coge de la mano y le lleva corriendo al médico, tiene miedo al dormirse de nuevo, ahora más que nunca quiere que el día dure más, que sea más largo, pero la noche tenía que llegar en cualquier momento, Darío tenía que dormir en el médico, él piensa que estará más seguro durmiendo allí.

Al terminar de cenar, sus párpados comienzan a cerrarse poco a poco, pero no quiere dormir, tiene miedo del ser, alza su mano y toca al timbre para que venga una doctora y esté con él durante la noche.

De pronto se escuchan tres golpecitos en la puerta, la doctora entra a la sala, pero Darío abre bien los ojos y descubre que no es la doctora, es una señora con vestimenta de bruja y un gorro de bruja, con una escoba en la mano.
-Hola Darío, vengo a traerle malas noticias sobre el mundo de tu sueño, soy la creadora de ese mundo para seres infelices en el mundo real, no sólo era tu sueño, es el sueño de todas esas personas que no les ha ido bien en la vida y que necesitan venir a este lugar para vivir mejor dejando en la vida real su alma malvada, sólo puedo decirle una cosa. Asesino, mataste a uno de los dragones más grandes de mi mundo, cuando volviste corriendo a tu habitación, no se te olvidó de algo? Te dejaste la puerta abierta, siempre hay que cerrar la puerta al salir de ese mundo, mis seres no pueden vivir en el tuyo, por que son felices aquí, y en el tuyo no lo son, cuando despertaste, el dragón entró en tu habitación y su cabeza se quedó estancada entre tu mundo y el mío, y no hiciste caso al dragón, con su cabeza te decía que cerrases la puerta, pero desapareció, tú lo mataste, tan inocente en tu mundo y eres un asesino en el mío. Que tengas buenas noches.

De repente un humo hace desaparecer a la señora de la habitación, Darío cae en el sueño, pero no puede moverse, ya no tiene esos empujones, al rato parpadea toda la sala y ve de nuevo el mundo de sus sueños, las montañas, los ríos.
Su alma sale de su cuerpo y se alza ante la pradera y sale disparada hacia lo más profundo del bosque hasta llegar a una cueva donde posa un esqueleto gigante, es el cadáver del dragón sin cabeza. El señor del gorro de mago y la señora bruja se le aparecen.
-Darío, sentimos mucho decirle esto, pero no podemos consentir que alguien como tú viva en nuestro mundo, nos quedaremos con parte su alma y te quedarás con la parte mala en tu mala vida, atento a lo que le vamos a decir, entre dos y tres palabras, párrafo diez, de arriba a abajo, ahí te espera tu futuro en una vida más triste aún de la que tienes ahora.


FIN


Consigna: Escribir un relato ―género y tiempo verbal a elección― donde cuentes una historia que creas que va a ganar, inédita, escrita especialmente para el torneo.

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