sábado, 17 de noviembre de 2012

Algo nuevo, algo viejo...



Por Nati Lou.



¡Algo azul y algo prestado! Grito Vicki, ya al borde del colapso.
Yo la mire. Ahí estaba Vicki, preciosa en su vestido violeta, con esa larga melena enrulada aun despeinada, pero en proceso de resultar el más hermoso tocado de novia, lo que hubiera estado bien, en efecto, si no fuera porque ella era dama de honor.
Una de las tres damas de honor. Pau, vestida de plateado, me miro. Por una parte, no sé que hubiera dado por compartir el entusiasmo de Vicki (el cinismo de Pau le pertenecía solo a ella) pero, sinceramente no podía. Mire poco convencida mi vestido naranja (Niní, vos vas de naranja había dicho Vicki, la autoproclamada Wedding planner (si, ahora les dicen así) de la fiesta) no importaba que odiara el color naranja, que el negro también fuera un color que comenzaba con la letra de mi nombre (si, un pobre argumento, pero tenia que intentar defenderme) porque una de las 4 se casaba, y Vicki estaba ahí, para hacernos la vida imposible hasta el dia del mágico evento. Más específicamente, el 15 de noviembre. Para más datos, hoy.
¿Donde se metió Ro? -  Pregunto Vicki.
-          Si yo me fuera a casar con alguien como Juan, tampoco vendría. – esta era Pau, el optimismo hecho mujer.
-          La voy a buscar – me ofrecí
-          Decile que se apure ¡que se le va el novio! -
-          ¿Y donde se va a ir ese pelotudo? Gracias que encontró a alguien como Rosa.
Camine por la enorme casa en silencio, lejos de Victoria y Paula. Lejos de todo lo que implicaba ese dia, más cerca de nosotras cuatro, de las “amigas para siempre” desde la secundaria. Sabia exactamente donde estaba Rosa. No por nada ella era mi mejor amiga. No por nada yo era la única hermana de Nicolás.
La encontré abajo del pino, por supuesto. Iba de jean y camisa. Sonreí pensando en el grito de Victoria al verla aun sin el vestido puesto.
-          Nena, esta bien que Vicki haya estado imbancable últimamente, pero me parece que matarla de un paro cardiaco no es necesario.
-          Hola Niní. Decile que ya voy, que estoy pensando, tengo mis derechos como novia a pensar ¿no?
-          Si, y obligaciones: ponerte el vestido, sonreír, saludar y bancarte a Vi. A las damas de honor nos tiene un poco hartas.
-          ¿Pau como esta?
-          Te odia profundamente. Y yo también. ¿puede haber algo más ridículo que un vestido naranja?
-          Si, que tú amiga decida que como te llamas Rosa, tu vestido va a ser rosa.
-          Yo que vos no le hubiera dejado tomar el mando de todo esto.
-          No tuve opción. Y Juan esta contento, esto parece de cuento de hadas.
-          Veni que tenemos que hacer una especie de ceremonia creo.
-          ¿Otra mas?
-          Yo no elegí casarme, es mas todos estos preparativos me curaron de espanto. Me voy a casar solo después de Victoria.
-          Si, casarse primera es jodido.
Me agarro por el brazo y fuimos hasta su habitación. Sorprendentemente, aun no debía tener el vestido puesto. Faltaba la última ceremonia:
-          Algo nuevo amor, el vestido que diseñe. – Victoria lo saco del armario y se lo tendió
-          Algo viejo, tu cadenita. – Paula se esforzó por sonreír.
-          Algo azul, el prendedor. – la abrace.
-          Algo prestado. Las pulseras de las 4.
Y todo iba a salir bien. La novia tenía el vestido, lo azul, lo nuevo, lo prestado, lo viejo. La novia también tenía alguien que la amaba. Y tres amigas que estarían ahí siempre. Y a mí, la mejor amiga, que estaba aun menos convencida que ella.
-          ¿Che no les parece que se esta nublando?
-          Y… creo que en una boda en noviembre debería llover.
-          Si creo que en el video llovió los putos 10 minutos.
-          No, llovió al final, en la fiesta.
-          ¿En que video?
-          En uno de los Guns Vi, y ahora que lo pienso, si yo organizara esto, vos estarías de traje, pelo suelto y sombrero. Tendrías mas onda a Slash entregando el anillo.
-          Pau la piba del video se muere.
-          Y esta boluda se va a casar con Juan.  Con esas alternativas, yo ni lo pienso.
Le dirigí a Pau la mirada más cortante que pude, mientras intentaba atarme la espalda de ese bendito vestido. Vicki vino a ayudarme. Paula había encontrado un álbum de fotos nuestras, y, al menos, estaba callada.
-          Chicas ¿Cómo estoy?
Todas la miramos. Ahí estaba Rosa, lista para dar el si, y ser felicitada por todos, lista para la perfecta e idílica vida de Rosa Martínez de Beltran. Y para dejar atrás el resto.
-          Niní, estoy muy nerviosa.
-          Creo que es normal nena, estas hermosa.
-          Si quieren Vi y yo nos vamos.
-          ¿Harían eso?
-          Privilegios de ser la mejor amiga. Tener a solas con ella el último momento de soltería.
-          ¿Eso de que revista lo sacaste? Porque hasta ahora es lo único que tiene sentido.
Las chicas se fueron y me quede peinándola, aunque no hiciera falta. Solo para no mirarla. Si la miraba, todo se volvería mas complicado. Porque entre nosotras no había secretos. No, y nunca los hubo. Creo que eso es lo único que me queda de ella, saber que, hasta el último momento, procuramos ser sinceras entre nosotras.
-          ¿Tu hermano viene?
-          Si, sabes como es Agustina, no se perdería por nada tu casamiento.
-          ¿Que le vio a ella?
-          Las tetas.
-          ¿Aparte?
Habíamos tenido esa conversación demasiadas veces, tantas que ya había perdido el sentido. Las cosas eran así y listo. Mi hermano estaba felizmente casado, y Ro tendría que hacer lo mismo. Era algo llamado superación.
-          Me quiero morir nena, yo no quiero esto.
-          No, no queres esto, pero es lo que te mereces, es lo mejor para vos.
-          No, Paula tiene razón, Juan es un idiota.
-          Nicolás es un idiota, Juan es una buena persona.
-          Tu hermano también.
-          Si, pero a veces lo disimula bastante.
Ella sonrió. Era, lejos, la más hermosa de las 4, y me gusta recordarla así, sonriendo de verdad. El otro dia lo hable con Victoria. Ella todavía esta en shock, pero me dijo que, en el altar, que a ella le gusta recordarla así. Con Paula no hable. No quiere hablar de eso. Creo que se siente culpable. Por eso quiero hablar con ella. Pero es, lejos, la más testaruda de las 4. De las 3. De nosotras, que ya no se cuantas somos. Que ya no se ni que somos. Vicki nos unía, Paula era la mas practica, yo la mas  estudiosa (cosa útil en mi secundario, de no haber sido por mi, ni en pedo egresábamos las 4 juntas) y Rosa era la mas irreverente. La que nunca aceptaba las cosas como eran. La que al plantearnos lo implanteable, nos hacia mas fuertes.
Ojala lo hubiera recordado a tiempo. Eso de que era incapaz de aceptar la vida que tenía. Dudo que, con la decisión tomada alguien pudiera haber hecho algo. Pero podría haber dicho algo. Algo que recordar. Algo de ella que me quedara. Que me acompañara. Que me hiciera sentir que aun esta conmigo. Pero no importa la oscuridad,  aún puedo encontrar un camino, por que nada dura para siempre, hasta la fría lluvia de noviembre.

1 comentario:

  1. Nati, llevaste adelante de la mejor manera un drama romántico y por eso te felicito (para mí, es dificilísimo hacer lo mismo).
    Como lector, pude sentir los sentimientos de las protagonistas principales, aturdidos por lo que ambas esconden.
    Me gusta el final abier, donde dejás a tus lectores que elucubremos qué pasó en el momento del casamiento y a posteriori.
    ¡Excelente!
    Saludos...
    P.D.: con sumo respeto opino que una revisada a fondo de ortografía y puntuación, mejoraría aún más (aunque es muy buen relato) el cuento. Es muy fluido de leer, y si se ajustan esas pequeñas tuerquitas, ni te cuento :)

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