miércoles, 30 de mayo de 2012

Pisingos Vírgenes


Por Esteban Salamanca Páez.


Marcos y Adela se detuvieron un instante en aquella acera. Los brazos de aquel hombre alto, de piel lechosa y cabello hasta los hombros, tomaron a Adela por lacintura, mientras  su boca se lanzó estrepitosamente en busca de un beso que no fue rechazado.  Este había sido un beso de esos que dejan sediento. Al principio, los labios se movían de manera lenta y coordinada. Posteriormente los labios parecían querer arrancarse. Mordisco va, mordisco viene y adentro, aquel par delenguas al parecer estaban enredadas. Ya no era un beso normal, la ternura del inicio había desaparecido y ahora estos dos se besaban tan apasionadamente, que no se habían dado cuenta que la gente los estaba mirando, hasta que un taxista que paso por allí les grito:
—Páguele pieza.
Marcos y Adela despertaron de aquel trance y se miraron mutuamente.
—Es una buena idea amor —dijo marcos—
— ¿Te parece? —RespondíaAdela mientras metía su mano en el bolsillo trasero del pantalón de Marcos—
—Si amor. Hoy quiero demostrarte lo mucho que Te Amo. Sígueme
Tomaron un taxi que rápidamente los llevo a “Pisingos”. “Pisingos” era el Motel al cual siempre habrían querido ir, pero nunca habían contado con dinero suficiente para pagar aunque sea unas pocas horas.
Materas con pequeñas palmeras y un ostentoso aviso rosado con luces de neón se encargaron de recibir a tan querida pareja.
Pidieron una habitación y el vaho en las ventanas no se hizo esperar. Encendieron una chimenea, y pusieron música lenta disque para sentirse en ambiente.
Marcos la tomo por el pelo y con la otra mano acariciaba su espalda. El calor estaba subiendo y Adela se adelantaba a desabotonar los botones de la camisa a cuadros que Marcos llevaba puesta. Marcos continúobesándola y después de retirar por un instante sus labios de los de Adela, la beso por el cuello mientras ella con los ojos cerrados dejaba caer su cabeza hacia atrás. Abrazados se dejaron caer el uno sobre el otro en las sábanas blancas. Marcos le quito la blusa a su novia.  Luego, las manos finas y delgadas se detuvieron en la correa de cuero que para entonces ya había caído al suelo. Sus labios empezaron a recorrer su pecho mientras sus manos tocaban las demás partes del cuerpo. Mientras tanto, Marcos tenía los ojos cerrados y dejo sus manos apoyadas en la cabeza de aquella mujer mientras ellas muy gustosas disfrutaban su movimiento.
Marcos se levantó de la cama y tomo a Adela con sus manos. Se paró detrás de ella y lentamente besaba su cuello. Sus manos empezaron tocar los soles de su mujer, mientras la rama de su cuerpo rozaba las nalgas de ella.  Un dulce sonido produjo aquella voz prodigiosa, mientras sellaba aquella etapa de precalentamiento dejando caer elbóxer de su novio.
Marcos ya estaba completamente desnudo y ahora, no sabía si fijarse en el encaje de la ropa interior de su novia, o de un soplo quitar todo lo que llevaba puesto.
Sus manos empezaron a recorrer todo su cuerpo una vez más. Seguía quemándose con el calor de los soles, y sin pensarlo dos veces puso sus manos en el sótano. Froto sus manos por última vez sobre el encaje  floreado que tenían los pantis yal suelo fueron a dar.

No hay comentarios:

Publicar un comentario